sábado, 18 de agosto de 2012

El cajero bancario: Profesional del servicio




Los clientes cuando ingresan a una agencia bancaria a realizar cualquier tipo de transacción de retiro, pago de servicio o depósito comercial, se dirigen directamente a la taquilla atendida por un personal calificado para recibir o dar dinero en efectivo y ciertos tipos de documentos, a este empleado comúnmente se le llama cajero integral o de oficina. 

Lo que las personas ignoran es que este profesional del servicio es un ser humano más que padece y que posee cualidades especiales que se requieren para ostentar dicho puesto; tan delicado como otro puesto en la oficina bancaria. Y hoy le voy a dedicar un espacio en mi columna a este profesional imprescindible en las operaciones de atención al cliente en una oficina bancaria, tal vez con esto quiero generar una matriz de opinión en cierto sector, puesto que el cajero de taquilla es una de las piezas fundamentales en el servicio al cliente y que de acuerdo a mi experiencia, es a veces tildado de ladrón o cómplice en estafas o robos a los clientes. 

Pero quiero en esta oportunidad poner de relieve o realzar el valor innegable que posee un personal de taquilla bancaria, estos profesionales del servicio tienen la responsabilidad de disminuir la cola de personas que se generan dentro de la oficina y que a veces se forman fuera de la oficina bancaria, sobretodo en períodos de pago de pensiones y de misiones del Gobierno. 

Cabe destacar que este profesional del servicio también posee la responsabilidad del efectivo que maneja y del buen procesamiento de los diferentes retiros y depósitos que el cliente realice, además de aguantar en cierta medida las intolerancias de las personas que llegan con mal humor a la oficina y que el cajero , armado de paciencia, soporta y maneja la situación a satisfacción del banco y del cliente mismo. 

Por otra parte, los gerentes de servicios o líderes de la oficina deberían descubrir las potencialidades que posee cada personal de caja que está bajo su dirección y así de tal manera, incentivar los ascensos a otros cargos para lograr con esto motivación al personal y tener un cajero altamente superado en lo emocional y hasta en lo moral, y alcanzar así un trabajo impecable y de efectividad en todos los procesos bancarios. 

Y no podía dejar a un lado la parte moral, con respecto a la idea subyacente en el cobro de las “benditas” comisiones de dinero que el cajero recibe; y quisiera dejar claro que el personal por su imperiosa labor y calidad de servicio en la efectividad de sus operaciones, demuestra una eficacia que el cliente consciente se da cuenta y, por supuesto, si está al alcance del bolsillo, le otorga una cantidad de dinero para agradecer el servicio prestado, no estoy queriendo decir con esto que sea soborno, sino simplemente un obsequio de parte de un cliente satisfecho por el servicio, esto es válido si cae en el plano de lo moral y de lo justo. En buena medida, creo que es indispensable dejar claro esto de acuerdo a mi opinión personal. 

De hecho, el mal que aqueja a todo cajero bancario es la incompetencia en el servicio prestado; amigo lector, si usted es un empleado bancario que trabaja como cajero de oficina, debería eliminar la incompetencia entendida como la falta de efectividad en sus operaciones, debe crear buenos hábitos de servicio para que el cliente se mantenga satisfecho en todas y cada una de sus necesidades. 

Por último quisiera felicitar a ese profesional que se mantiene incólume ante las exigencias de los clientes y la presión de las colas que se forman hoy día en las agencias bancarias y, que por supuesto, con una sonrisa y un agradable “buenos días” hace sentir a los clientes satisfechos y tranquilos. 

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